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8 de mayo del 2022 | Salmo 119:1–88
Imagina que pasaste toda tu vida estudiando las Escrituras y tratando de vivirlas fielmente. ¿Cómo sería tu vida? ¿Cómo cambiaría la forma en que te relacionas con Dios y con los demás? El Salmo 119 nos muestra cómo es amar al Señor y Su Palabra en este poema elaborado con cuidado y amor.
El Salmo 119 menciona la Palabra de Dios 176 veces: “Me acuerdo, oh SEÑOR, de tus juicios de antaño, y encuentro consuelo en ellos” (v. 52). El salmista usa ocho palabras diferentes para referirse a las Escrituras: ley, estatutos, ordenanzas, mandamientos, palabras, decretos, promesas y juicios. El salmista también se refiere a sí mismo 176 veces, usando yo, o mí. Pero hay una repetición más importante. La palabra “Tú” se usa para referirse a Dios 232 veces. El salmista está celebrando su relación con Dios a través del don de Su Palabra. “Impárteme conocimiento y buen juicio, pues yo creo en tus mandamientos” (v. 66).
El Salmo 119 es el capítulo más largo de la Biblia y está cuidadosamente construido. Cada estrofa comienza con una letra diferente del alfabeto hebreo. Entonces, las primeras ocho líneas comienzan con el equivalente de la letra “A”. El siguiente con la letra “B” y así sucesivamente. ¡Esta es una celebración de la Palabra de Dios de la A a la Z!
A medida que el salmista se sumergía en las Escrituras, descubrió que la Palabra de Dios es justa (vv. 7, 62, 75), fiel (v. 30), buena (v. 39), digna de confianza (v. 66), verdadera (v. 69), y preciosa (v. 72). Por eso, valora la Escritura por encima de todas las cosas. “Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro y plata” (v. 72). Ciertamente, el regalo de la Palabra de Dios es algo para atesorar.
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POR RYAN COOK |
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Ryan Cook es profesor asociado de Antiguo Testamento y Hebreo en Moody Theological Seminary. Ha trabajado en el campo de la educación cristiana y fue pastor en Michigan durante siete años. Ryan, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana.
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