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17 de mayo del 2022 | Salmo 132
En enero de 2020, el gobierno alemán anunció que había creado un “servicio de ayuda” para las familias que intentaban recuperar obras de arte saqueadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Para muchas familias, las pinturas representan una conexión importante con los padres o abuelos que había muerto en el holocausto. Hubo una sensación de alegría y alivio cuando una obra de arte perdida hace mucho tiempo fue devuelta a casa.
El Salmo 132 habla de dos compromisos importantes. El primero fue el compromiso de David de devolver el Arca de la Alianza a su ubicación central en la adoración de Israel. Él “juró” e “hizo voto” de no descansar hasta que terminara su trabajo (vv. 2–5). El Arca no se perdió. Después de su captura por los filisteos y posterior regreso, había estado residiendo en Quiriat Yearín (1 Samuel 4–6). El Arca del Pacto representaba la presencia de Dios entre Su pueblo y necesitaba ser tratada con respeto. Finalmente, David tuvo éxito en traer el Arca a Jerusalén en una vivienda temporal hasta que se pudiera construir el templo (2 Samuel 6). Esto proporcionó un lugar central para que Israel adorara al Señor.
El segundo compromiso fue hecho por el Señor a David. Prometió que un descendiente de David se sentaría en el trono de Israel “para siempre” (Salmos 132:12). También se comprometió a morar en Jerusalén y bendecirla (vv. 13–16). Pero no debemos pasar por alto la declaración “si” en el versículo 12. Dios esperaba que los descendientes de David fueran fieles a la ley. Si desobedecían a Dios, habría consecuencias, incluido el exilio a Babilonia y la destrucción del templo. Aun así, Dios prometió que finalmente mantendría Su compromiso con David (v. 11).
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POR RYAN COOK |
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Ryan Cook es profesor asociado de Antiguo Testamento y Hebreo en Moody Theological Seminary. Ha trabajado en el campo de la educación cristiana y fue pastor en Michigan durante siete años. Ryan, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana.
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