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13 de mayo del 2022 | Salmos 125–126
El miedo y la ansiedad son desenfrenados en nuestro mundo. Es fácil entender por qué. La pandemia nos recordó la naturaleza frágil de nuestras vidas, trabajos y economía. Si bien hay días en que la vida se siente inestable, el salmo de hoy describe cómo el pueblo de Dios permaneció seguro y gozoso en un mundo tan incierto como el nuestro.
Si te paras en el Monte del Templo en Jerusalén hoy y miras a tu alrededor, notarás que la ciudad está rodeada de colinas. El salmista ve esta característica geográfica y extrae una lección espiritual: “Como rodean las colinas a Jerusalén, así rodea el SEÑOR a su pueblo, desde ahora y para siempre” (Salmo 125:2). Los que confían en el Señor han puesto su confianza en una fuente segura. Como creyentes de hoy, a veces necesitamos que se nos recuerde que Dios se preocupa por nosotros y desea nuestro bien. En Juan 17, Jesús oró por Sus discípulos: “Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre” (v. 11). En un mundo plagado de miedo, podemos tener confianza en nuestra relación con Dios. Podemos orar con expectativa por la paz (Salmo 125:5).
A causa de su idolatría y pecado, Israel había sido exiliada a Babilonia. Esto debe haber parecido el final para muchos que fueron reubicados a la fuerza a miles de kilómetros de su tierra natal. Pero Dios no había terminado con Israel. Después de 70 largos años, Ciro emitió un decreto para permitir que el pueblo de Israel regresara a casa. El Salmo 126 expresa el asombro y la alegría experimentados por esta respuesta a la oración: “Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas” (v. 2). El gozo debe ser una marca del pueblo de Dios.
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POR RYAN COOK |
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Ryan Cook es profesor asociado de Antiguo Testamento y Hebreo en Moody Theological Seminary. Ha trabajado en el campo de la educación cristiana y fue pastor en Michigan durante siete años. Ryan, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana.
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