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4 de mayo del 2022 | Salmos 113–114
¿Listo para algunos elogios? El Salmo 113 comienza con un llamado entusiasta a alabar a Dios “desde la salida del sol hasta su ocaso” (v. 3). ¿Debe ser alabado el Señor en Filistea? Sí, incluso en Filistea. ¿Debe ser alabado el Señor en Egipto? Sí, en Egipto. ¿Debe ser alabado el Señor en México? ¿Brasil? ¿España? ¡Sí, de este a oeste!
El Señor es digno de adoración por todos los pueblos porque no hay nadie como Él (v. 5). Una de las cosas que hace que Dios sea tan único es que, aunque Él es más poderoso y exaltado que cualquiera en el universo, “Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado” (v. 7). Se preocupa profundamente por las personas que a menudo ignoramos rápidamente. Él nota especialmente a los indefensos y quebrantados.
El Salmo 113 comienza una serie de salmos que se usan tradicionalmente en la Pascua para celebrar el éxodo de Israel de Egipto. Es probable que Jesús y Sus discípulos cantaran los Salmos 113–118 como parte de la Última Cena (Mateo 26:30). Dios escuchó los clamores de Su pueblo y los libró. Humilló a Faraón e hizo regocijar a los necesitados.
Este tema llega a su cumplimiento en el Evangelio. El apóstol Pablo dijo: “No muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos” (1 Corintios 1:26–27). Si Dios nota a los débiles y vulnerables, esa es una perspectiva que nosotros también deberíamos tener. ¡Alabado sea Dios hoy por Su provisión y cuidado!
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POR RYAN COOK |
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Ryan Cook es profesor asociado de Antiguo Testamento y Hebreo en Moody Theological Seminary. Ha trabajado en el campo de la educación cristiana y fue pastor en Michigan durante siete años. Ryan, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana.
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