Débora: Un himno de victoria

La poesía comunica en una manera única. En lugar de simplemente detallar los hechos, la poesía comunica la emoción de una experiencia. Al utilizar el ritmo y la rima, los detalles sensoriales y la metáfora, los poetas no solo transmiten el significado de una palabra, sino también su sonido y el sentimiento que evoca.

La lectura de la Biblia de hoy es un poema: la famosa y fascinante Canción de Débora. Ya que la poesía debe ser escuchada, te recomendamos que leas todo en voz alta. Mientras que los capítulos anteriores dan el relato histórico de la batalla contra Sísara, este capítulo ofrece una respuesta más emocional e incluso inquietante.

La canción de De’bora es uno de los pasajes más difíciles y debatidos del Antiguo Testamento. Sin embargo, hay un par de características claves en las que la mayoría de los comentaristas están de acuerdo. Primero, hay una clara reducción del enfoque a medida que avanzamos en el poema. Comienza con una mirada a toda la nación de Israel, para quien la vida era insegura e inestable durante este período (vv. 1–11). Luego, el poema se centra en diez tribus, que participaron y no participaron en la batalla (vv. 12–23). Por último, vuelve a contar la historia de Jael y, curiosamente, la madre de Sísara, a quien se juzga indirectamente por su propio papel al perdonar la maldad de su hijo (vv. 14–30).

En segundo lugar, algunos temas destacados surgen de la canción de Débora. Similar al relato histórico del capítulo 4, el Señor es alabado (v. 31). El poema celebra que Él está trabajando, y sin Su intervención, no habría habido liberación. Dios eligió trabajar a través de vasos aparentemente débiles, pero dispuestos. ¡Usó a dos mujeres para destruir todo un ejército! Débora levantó a Barac y Jael derribó a Sísara, no con su propio poder, sino solo con la fuerza del Señor.

• Con demasiada frecuencia nos enfocamos solo en lo que nos sentimos capaces de lograr por nuestra propia cuenta. Si bien tener un espíritu de perseverancia puede ser un rasgo positivo, nunca debemos olvidar que Dios puede lograr cosas aún mayores a través de nosotros.