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3 de marzo del 2022 | Josué 2:12–24
La providencia bíblica se refiere a la obra de Dios de suplir las necesidades de Su pueblo. A veces es sorprendentemente milagrosa y, a menudo, aparentemente simple. Siempre es profundamente compasiva y motiva a la gratitud. El pasaje de las Escrituras de hoy vibra con la providencia.
Después de que Rajab declaró que el Dios de Israel era el único Dios verdadero, rogó a los espías israelitas que la protegieran a ella y a su familia. Algunos comentaristas están molestos por la petición de Rajab y el acuerdo de los espías de honrarla. Después de todo, Rajab era una prostituta cananea. Ven el acuerdo de los espías como una desobediencia directa a las reglas mosaicas de la guerra santa.
Otros, sin embargo, ven la situación de Rajab como única debido a su confesión de fe en el Dios de Israel. Al proclamarlo como el único Dios verdadero, denunció a los dioses de Canaán. Su petición de ser perdonada y unirse a Israel cambiaría toda su vida. Podemos estar seguros de que fue solo por la providencia de Dios que el corazón de Rajab se ablandó. Fue solo por la providencia que tramó un plan de escape exitoso, que vivía en la pared con una ventana colocada estratégicamente y que los espías llegaron a su casa en primer lugar.
Todo salió según el plan, y cuando regresaron al campamento israelita, le contaron a Josué toda la historia: “El SEÑOR ha entregado todo el país en nuestras manos” (v.24). Su informe contrasta radicalmente con la declaración pesimista que los doce espías dieron en Números 13: “el pueblo que allí habita es poderoso, y sus ciudades son enormes y están fortificadas” (v. 28). “No podremos combatir contra esa gente. ¡Son más fuertes que nosotros!” (v. 31). Los espías en Josué 2 estaban confiados en comparación. Su victoria no fue el resultado de la fuerza de Israel, sino que fue ganada por la providencia del Señor.
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POR KELLI WORRALL |
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Kelli Worrall es profesora de comunicación y catedrática en el departamento de Música, Artes y Medios del Instituto Bíblico Moody. Es autora de dos libros, uno junto a su esposo Peter. Es graduada de Cedarville University (BA), con estudios de postgrado enTrinity Evangelical Divinity School (MRE) y Roosevelt University (MFA). Ella y su esposo son conferencistas regulares en eventos y retiros. Viven en el noroeste de Illinois con sus dos hijos. |