La reina de Sabá: Riquezas ilimitadas

Es imposible saber cuál sería el valor de el rey Salomón según los estándares actuales. Algunos estiman que su riqueza equivale entre $100 mil millones y $2 billones en la economía actual. Salomón era famoso no solo por su riqueza, sino más importante aún por su sabiduría.

La distinguida reina de Sabá oyó hablar de Salomón desde lugares tan lejanos como el sur de Arabia. Ella gobernaba todas las rutas comerciales entre la India, el este de África y el Mediterráneo, por lo que tenía una enorme fortuna propia. Sin embargo, los relatos que recibió de Salomón la motivaron a verlo por sí misma. Reunió una magnífica caravana de camellos, especias y oro, y viajó al menos 2,400 kilómetros para verificar los informes.

Quería probar la sabiduría de Salomón y su devoción a Dios, tanto como ver su fortuna. Y Salomón superó con creces sus expectativas en todos los sentidos. Quizás lo más interesante de esta visita real fue el honor y la alabanza que la reina de Sabá ofreció al Señor. Ella reconoció que solo Dios podía establecer un reino tan generoso y un rey tan grande.

En Mateo 12:42, Jesús hizo referencia a este intercambio real al hablar con los escribas y los fariseos. Habían visto a Jesús realizar milagros, llamar discípulos y enseñar a la gente. Sin embargo, en Mateo 12:38, le pidieron una señal. En respuesta, Jesús los llamó una “generación malvada y adúltera” (v. 39). Les advirtió que los hombres de Nínive los condenarían en el juicio, porque se habían arrepentido cuando oyeron predicar a Jonás. Los fariseos tenían a alguien más grande que Jonás entre ellos.

De manera similar, Jesús dijo que la Reina de Sabá los condenaría en el juicio porque viajó desde los confines de la tierra solo para escuchar la sabiduría de Salomón. Los fariseos tenían a alguien más grande que Salomón justo enfrente de ellos.

• Se nos ha dado la Palabra de Dios y la oportunidad de experimentar las “riquezas ilimitadas” de la salvación. ¡Ciertamente, somos bendecidos sin medida! Si no conoces a Jesús como tu Salvador, entrégate a Él hoy.