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28 de noviembre del 2021 | Miqueas 7:11–13
Antes de que se pueda renovar una casa, es necesario demoler algunas cosas. A veces, eso significa derribar una pared o arrancar ladrillos viejos. Las cosas viejas deben desaparecer antes de que se puedan poner las nuevas. En el devocional de hoy, el pueblo de Dios está pasando por este tiempo de cambio de la mano de Dios.
La fidelidad del pacto de Dios significa que Dios disciplina a Su pueblo y que les responde con bondad y misericordia. Tanto la misericordia como el castigo son parte del amor de Dios y la fidelidad del pacto, y muestran Su compromiso con Sus hijos. En Miqueas 7:9, Jerusalén finalmente respondió a los llamados de Miqueas al arrepentimiento, aunque solo después de haber sufrido bajo el castigo de Dios.
Dios ahora responde al alejamiento de pecado de Su pueblo. Dice que reconstruirá los muros de Jerusalén y ampliará sus límites. ¡Su pueblo no solo será restaurado, sino mejorado! Además, Miqueas 7:12 declara que “Ese día acudirán a ti los pueblos, desde Asiria hasta las ciudades de Egipto, desde el río Nilo hasta el río Éufrates, de mar a mar y de montaña a montaña”. Aquí volvemos a un tema presentado en Miqueas 4:1— la gente vendrá a Jerusalén para conocer a Dios.
Dios no solo prometió la restauración física de Su pueblo, también prometió que llegarían a ser lo que siempre debieron ser: un refugio para aquellos que buscan al Señor y quieren vivir en una relación correcta con Él. Además, el versículo 13 establece que la gente que deja sus tierras para venir a Jerusalén funcionará también como disciplina, porque “La tierra quedará desolada por culpa de sus habitantes, como resultado de su maldad”. Esto, nuevamente, es una clara demostración de la fidelidad de Dios. Él bendice a los que lo buscan y castiga a los que persisten en apartarse de Él (véase Deuteronomio 6:4–9).
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POR RUSSELL MEEK |
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Russell Meek enseña Antiguo Testamento y Hermenéutica en Moody Theological Seminary. Es columnista de la revista Fathom y escribe prolíficamente, tanto para lectores laicos como académicos, sobre temas de la vida cristiana basados en el Antiguo Testamento. El, su esposa y sus tres hijos viven en el norte del estado norteamericano de Idaho, donde disfruta de la jardinería, la cocina y la naturaleza. |