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21 de noviembre del 2021 | Miqueas 6:4–5; Números 22
¿Alguna vez en tu vida pensaste, vaya, estoy tan contento de no haber tenido éxito en lo que quería hacer? ¿Alguna vez has considerado que tal vez Dios estaba interviniendo en tus planes? Mientras el pueblo de Dios fue juzgado ante Él, el Señor presentó Su “juicio contra su pueblo” dando evidencia de Su fidelidad (Miqueas 6:2).
En los versículos 4–5, se nos dan algunos ejemplos específicos de la protección de Dios que pueden necesitar un poco de explicación. El Señor habla de cuando Balac, rey de Moab, contrató a Balán el profeta para maldecir al pueblo (Números 22). Por supuesto, con Dios en control, Balán solo podía dar una bendición (Números 22:12). Incluso la promesa del rey de una gran recompensa cayó en oídos sordos (v. 19). Dios intervino una y otra vez, a través de un burro que hablaba (vv. 28–30) y la aparición de un ángel del Señor que portaba una espada. (v. 31). Finalmente, el profeta le dijo al rey enojado: “yo no podría hacer nada bueno ni malo, sino ajustarme al mandamiento del SEÑOR mi Dios. Lo que el SEÑOR me ordene decir, eso diré”” (Números 24:13). ¡Dios había protegido a Su pueblo!
También mencionado en Miqueas 5, Sitín es donde los hombres israelitas “comenzaron a prostituirse” incluso adorando a dioses extranjeros (Números 25:1–2). Gilgal es donde acampó el pueblo de Dios antes de entrar a la tierra prometida, y Dios secó el río Jordán para que pudieran cruzar. Claramente, Dios había sido fiel a Su pueblo. Proveyó sus necesidades, los protegió de amenazas externas, los condujo a la tierra prometida y los disciplinó cuando fue necesario. Siempre es fiel y veraz.
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POR RUSSELL MEEK |
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Russell Meek enseña Antiguo Testamento y Hermenéutica en Moody Theological Seminary. Es columnista de la revista Fathom y escribe prolíficamente, tanto para lectores laicos como académicos, sobre temas de la vida cristiana basados en el Antiguo Testamento. El, su esposa y sus tres hijos viven en el norte del estado norteamericano de Idaho, donde disfruta de la jardinería, la cocina y la naturaleza. |