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20 de noviembre del 2021 | Miqueas 6:1–3; Job 38:1–13
Cuando un juez entra en una sala de audiencias, la gente se levanta para mostrar respeto por la autoridad del puesto. El libro de Hebreos habla de Dios como juez: “El Señor juzgará a su pueblo” (10:30). Inmediatamente después, el autor observa: “¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!” (v. 31). En el libro de Miqueas, el pueblo de Dios se presenta ante Dios, el Juez Poderoso.
El pasaje de hoy se parece a una sala de audiencias. En este caso, sin embargo, Dios juega el papel de juez y fiscal, con las “montañas”, las “colinas” y los “cimientos de la tierra” en la audiencia, esperando escuchar “la querella del SEÑOR”, el “juicio contra su pueblo” (v. 2). Este caso judicial continuará durante el resto del capítulo 6, ya que el Señor acusa a Su pueblo de infidelidad al pacto.
El versículo 3 comienza con una pregunta retórica, una a la que el Señor no espera una respuesta, aunque la exige, porque no se puede dar una respuesta. Él pregunta: “Pueblo mío, ¿qué te he hecho?¡Dime en qué te he ofendido!”
De manera similar, el libro de Job habla de un hombre que ha soportado una tremenda pérdida y sufrimiento. Los amigos de Job lo instaron a culpar a Dios y confrontar a su creador. De hecho, el libro contiene 37 capítulos que construyen un caso contra Dios. En el capítulo 38, Dios responde. Comienza haciendo una serie de preguntas: “¿Dónde estabas cuando puse las bases de la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!” (38:4). Por supuesto, Dios ya conocía las respuestas. No necesitaba una respuesta de Job. Dios estaba demostrando algo importante: solo Él está en el trono. Los caminos de Dios son más altos que los nuestros. No comete errores. Dios no es el enemigo, siempre es fiel a Su pueblo.
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POR RUSSELL MEEK |
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Russell Meek enseña Antiguo Testamento y Hermenéutica en Moody Theological Seminary. Es columnista de la revista Fathom y escribe prolíficamente, tanto para lectores laicos como académicos, sobre temas de la vida cristiana basados en el Antiguo Testamento. El, su esposa y sus tres hijos viven en el norte del estado norteamericano de Idaho, donde disfruta de la jardinería, la cocina y la naturaleza. |