Llevarnos bien

Cuando éramos pequeños, mi hermano, mi hermana y yo a veces peleábamos entre nosotros. Cuando mi mamá nos veía, meneaba la cabeza y decía: “Es por esto que nunca habrá paz mundial”. Los miembros de la familia no siempre se llevan bien. E incluso dentro de la familia de Dios, a veces tenemos desacuerdos que se vuelven serios.

En Filipenses 4:2, el apóstol suplica a Evodia y Síntique que “que se pongan de acuerdo en el Señor”. En un momento, estas dos mujeres sirvieron junto a Pablo en el evangelio. La palabra griega en el v. 3 traducida “combatieron juntamente conmigo” (RVR1960) significa literalmente “luchar juntos”. Pablo emplea la misma palabra en Filipenses 1:27 cuando insta a los filipenses a mantenerse firmes “luchando unánimes por la fe del evangelio”.

¿Por qué los cristianos se dividen? Nos enfrentamos a la división cuando cambiamos nuestro enfoque de lo que tenemos en común, es decir, la fe del evangelio. En lugar de luchar juntos en nombre de Cristo, luchamos unos contra otros y actuamos por interés propio. Por un lado, debería animarnos saber que la iglesia primitiva enfrentó los mismos problemas que nosotros. Al mismo tiempo, es una advertencia. Este enfoque egocéntrico daña nuestra vida espiritual y la misión de la iglesia. Es importante notar que Pablo no dice que los cristianos deban estar de acuerdo en todo. Podemos diferir en muchas cosas y algunas de nuestras diferencias pueden ser significativas. Pero debemos ser de la misma opinión “en el Señor”.

De vez en cuando las diferencias que surgen entre los creyentes se vuelven tan serias que necesitan la intervención de un tercero antes de poder reconciliarse. Pablo le pidió a otro creyente de Filipos, al que se refería solo como “mi fiel compañero”, que les ayudara (v. 3).

• No podemos obligar a las personas a reconciliarse, pero quizá podamos ayudarlas. ¿Hay alguien que necesite tu ayuda como pacificador hoy? (ver también Mateo 5:9). Pídele a Dios sabiduría y la oportunidad de intervenir cuando sea necesario.