¡Mantente alerta!

Desafortunadamente la vida no viene con un manual de instrucciones. Pero esto no es realmente cierto cuando se trata de la vida cristiana. La Biblia está llena de instrucciones que nos muestran cómo vivir. Pero aprender a vivir la vida cristiana implica más que solo leer. La observación y la imitación también son importantes.

Sin embargo, hay una ventaja en el mandato de Pablo. Cuando les dice a los creyentes de Filipos que “aprendan de los que siguen nuestro ejemplo” en el v. 17 (NTV), la palabra que usa a menudo se asocia con precaución. Este es el tipo de observación cuidadosa que realizan aquellos que están atentos. La directiva del apóstol asume que no todos los que querían causar una impresión en la iglesia eran necesariamente una buena influencia. También puede implicar que algunos en la iglesia no fueron tan cuidadosos como deberían haber sido acerca de a qué ejemplo decidieron seguir.

Si esto era cierto en los días de Pablo, lo es aún mucho más en los nuestros. Las redes sociales están llenas de personas que aspiran a ser influentes. A menudo somos consumidores pasivos de medios populares diseñados para motivarnos a comprar productos e intentar moldear nuestros valores. Todos los días somos presionados en un molde sin siquiera darnos cuenta.

La solución que ofrece Pablo es tener cuidado con aquellos a quien tomamos como modelos a seguir. Una de las preguntas más importantes que debemos hacernos es la de motivación. ¿Qué impulsa a los que buscan influir en nosotros? Muchos de los que afirman tener nuestros mejores intereses en mente, realmente se cuidan a sí mismos (v. 19). La otra pregunta más fundamental que debemos hacernos es la de los valores (v. 18). ¿Está su mentalidad en las cosas celestiales?

• ¿Quién te está influenciando? ¿Existe un creyente más maduro que pueda servir como una especie de entrenador espiritual? Pregúntales si tienen tiempo para ser tu mentor. Quizás tu pastor pueda sugerirte a alguien.