Esperanza en el sufrimiento

¿Qué significa lamentarse? Este término bíblico significa estar lleno de tristeza y afligido apasionadamente. Muchos de los Salmos expresan lamento, expresando emociones crudas de desesperación y angustia hacia Dios. No es de extrañar que también encontremos lamento en el libro de Lamentaciones.

Lamentaciones está escrito al estilo de las canciones o cánticos funerarios judíos. El autor es el profeta Jeremías, que escribió dos libros. Su primer libro predijo la caída de Jerusalén. Lamentaciones mira hacia atrás para llorar la pérdida de la ciudad.

Lamentaciones comienza gimiendo por la destrucción de Jerusalén (capítulo 1) y luego proclama la ira de Dios por el pecado de los israelitas (capítulo 2). En el capítulo tres, el profeta ofrece un rayo de esperanza en medio del sufrimiento. Jeremías dice que el amor y la compasión de Yahweh por las personas son interminables y nunca fallan (v. 22). Son nuevas cada día (v. 23). Su misericordia y gracia son más grandes que cualquier pecado en nuestras vidas y más grandes que el pecado colectivo de cualquier nación. Si bien es difícil, ponemos nuestra esperanza exclusivamente en Él y luego esperamos pacientemente a que responda.

Sin embargo, mientras esperamos y aguardamos las misericordias de Dios, Jeremías nos dice que debemos “llevar el yugo” (v. 27). En otras palabras, debemos someternos voluntariamente a la disciplina de Dios y aprender de Él. Comenzamos reflexionando en silencio acerca de Dios (v. 28) y luego nos arrepentimos en humildad (v. 29). Cuando la oposición continúa y surgen las tentaciones, debemos mostrar dominio propio y poner la otra mejilla (v. 30). Sufrir por el pecado es doloroso. Pero anímate con el mensaje de Jeremías: cada mañana, cuando te despiertas, las misericordias de Dios están ahí esperando para darte una segunda oportunidad.

• ¿Te lamentas por tu propio pecado, el pecado en tu familia, o los pecados de tu nación? ¿Se rompe tu corazón por las mismas cosas que rompen el corazón de Dios? Tómate un tiempo hoy para lamentarte, expresar este dolor a Dios y volverte a Él en busca de esperanza y sanidad.