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14 de Junio del 2022 | 2 Crónicas 33:1–20
Cuando pastoreaba, escuché a la gente decir: “He pecado tanto, ¿podría Dios realmente perdonarme?” Puede que también te hayas hecho esta pregunta. ¿Perdonará Dios a lo peor de lo peor? ¡Sí! Ningún pecado es demasiado grande para el perdón de Dios.
La Biblia muestra que esto es cierto. Hay algunos personajes bastante desagradables a lo largo de las Escrituras, pero será difícil encontrar a alguien más malvado que el rey Manasés. En nuestro texto de hoy, los primeros nueve versículos narran la miseria y la matanza cometida a manos de este rey. En estos pocos versículos aprendemos que él: (1) profanó el templo de Salomón con ídolos, (2) adoró a dioses paganos, (3) asesinó a sus propios hijos como sacrificio y (4) desvió a la gente. Claramente, este hombre era pura maldad (v. 2, 6, 9). A pesar de que el Señor le habló, continuamente se hizo de oídos sordos (v. 10). Él hizo más que cualquier otra persona, para alentar la idolatría la cual condujo a la invasión y cautiverio de Babilonia. Su captura por parte de los asirios fue tanto brutal como humillante (v. 11).
Sin embargo, aunque Manasés era una persona terriblemente malvada, Dios lo amaba y le dio una segunda oportunidad. En un giro sorprendente, Manasés se humilló y buscó a Dios. A través de la oración confesó su pecado (v. 19) y reconoció que Yahweh era Dios (v. 13). Su arrepentimiento genuino fue evidente porque cuando el Señor lo ayudó a regresar a Jerusalén, cambió su forma de vida y liderazgo. Les dejó claro a todos que la idolatría era una abominación y que adoraría a Yahweh como Dios (vv. 15–17). La breve crónica de la vida de Manasés se incluyó en las Escrituras para que las generaciones futuras supieran cómo recuperarse del pecado que los llevó a su cautiverio.
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POR EL DR. CHRIS RAPPAZINI |
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El Dr. Chris Rappazini es profesor asociado y director de los programas de licenciatura y postgrado en Estudios Pastorales del Instituto Bíblico Moody y del Seminario Teológico Moody. Es el vicepresidente de la Sociedad Evangélica de Homilética. Con anterioridad, fue ministro asociado para la predicación y enseñanza de Southside Christian Church en Spokane, Washington. Chris, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana. |