Oración y poder

El ya fallecido evangelista Billy Graham admitió una vez: “La vida cristiana no es una euforia constante. Tengo mis momentos de profundo desánimo. Tengo que acudir a Dios en oración con lágrimas en los ojos y decir: 'Oh Dios, perdóname' o 'Ayúdame'”. Graham no fue el primer creyente que se sintió así. Santiago, el medio hermano de Jesús, podía identificarse con esto al igual que los destinatarios de su carta.

Nosotros también necesitamos que se nos recuerde que la oración eficaz de una persona justa tiene un poder tremendo. Tomar tiempo para orar por las cosas grandes y pequeñas en nuestras vidas nos orienta a la voluntad del Padre y los caminos del Espíritu. En nuestro texto de hoy, Santiago nos recuerda la importancia de la oración y la atención a sus necesidades que los líderes de la iglesia oren por el rebaño y atiendan las necesidades de su congregación. La vida cristiana será una montaña rusa constante de emociones debido a la naturaleza de nuestro pecado, codeándonos con los necesitados, así como viendo cumplidas las promesas de Dios y nuestras oraciones. Santiago nos recuerda que podemos ir directamente a Dios con nuestras peticiones, y muchas cosas se pueden lograr a través de nuestras oraciones (v. 16).

Después de dar un ejemplo bíblico del poder de la oración, Santiago termina con un llamado a vivir la verdad del evangelio. Dondequiera que el Señor nos lleve, debemos contarles a otros acerca de la esperanza restauradora que se encuentra en Jesucristo (v. 19). A lo largo de su carta, Santiago explica lo que significa tener una fe real y auténtica. Una fe que se vive marcando la diferencia en otras vidas. La oración es el primer paso para vivir tu fe y ayudar a otra persona a tener una segunda oportunidad. La vida cristiana no es fácil, pero la oración nos da la fuerza que necesitamos.

• ¿A quién conoces que necesita una segunda oportunidad? Ora para que el Señor “sane al enfermo” y lo “levante” (v. 15). Ora por oportunidades para compartir el evangelio con ellos y un camino para llevarlos de regreso a Jesús.