Necedad y sabiduría

Jeffrey Greenman, un profesor universitario cristiano, ofrece una definición útil de “aprendizaje piadoso” o “aprendizaje bíblico”: “aprendizaje emprendido como una búsqueda intencionalmente espiritual, motivado por el deseo de crecer en el amor de Dios, basado en la verdad de Dios y dirigido a estar equipados para el servicio fiel a Cristo como representante de Su reino, dondequiera que Su llamado pudiera llevar”.               

Esto es muy diferente tanto en contenido como en propósito de cómo el mundo define el aprendizaje. No es sorprendente, entonces, que Pablo escribiera en el pasaje de hoy: “Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana” (v. 25). Había señalado el mismo punto unos pocos versículos antes al aludir a Isaías (v. 19; Isaías 29:14).

¿Qué conocimiento tenía Pablo en mente? Específicamente, “el mensaje de la cruz”, es decir, el evangelio (v. 18). Para los incrédulos, la buena noticia de la salvación en Cristo parece una locura, pero para los creyentes muestra claramente el amor y el poder de Dios. Estos contrastes paradójicos revelan que las diferencias entre el aprendizaje piadoso y el impío son profundas.

Los judíos querían señales y poder divino (v. 22). En cambio, Jesús fue un Salvador que murió en una cruz. Los griegos querían sabiduría y razón. Jesús fue un Redentor que hizo milagros y expulsó demonios. Él fue un “motivo de tropiezo” o una “locura” para ambos grupos (v. 23). Tampoco tenía sentido que “Cristo crucificado” fuera el “poder de Dios y la sabiduría de Dios” (vv. 23–24).

Hablando humanamente, nadie lo había visto venir. No obstante, a Dios le agradó traer la salvación por fe de esta manera desconcertante y hermosa (v. 21). Las personas son pecadoras, merecen la muerte y no pueden salvarse a sí mismas. La vida eterna nos es ofrecida como un regalo por un criminal condenado que pagó nuestra deuda y conquistó el pecado y la muerte.

• ¿Estás listo para compartir el evangelio? Los puntos básicos están en las dos oraciones que se encuentran arriba. Practica explicarle esas dos cosas a un amigo de confianza, así estarás listo para compartirlo con alguien que no conoce a Dios.