This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.
14 de enero del 2022 | Esdras 7:1–10
Una de las escenas más conmovedoras del Antiguo Testamento es cuando el sacerdote Esdras lee la Ley a los exiliados que regresaron (Nehemías 8). Se paró en una plataforma alta de madera para que todos pudieran ver y oír. Los levitas circularon instruyendo a la gente sobre el significado de lo que estaban escuchando. Muchos en la multitud ese día se convencieron de pecado, pero se les dijo que no se lamentaran porque era un día de celebración.
Este avivamiento histórico no surgió de la nada. Esdras había preparado toda su vida para este momento siendo un fiel aprendiz de las Escrituras (v. 10). Él es solo un ejemplo entre muchos personajes bíblicos cuyas vidas se transformaron al aprender y estudiar la Palabra de Dios. Esto no es sorprendente, dada la preeminencia de la Palabra en la búsqueda de la sabiduría piadosa (vea el 8 de enero).
¿Qué había aprendido Esdras? “La ley del SEÑOR” (v. 10). ¿Cómo lo aprendió? A través de “estudiar y practicarla”. La palabra “practicarla” es otra forma de decir obediencia. Esdras descendía de Aarón, por lo que su linaje se remonta a la entrega original de la Ley en el Sinaí (vv. 1–5). Sobre todo, se había “dedicado” a este aprendizaje. La mundanalidad no lo distrajo.
¿Por qué aprendió Esdras? Para enseñar (vv. 6, 10). Estaba “muy versado en la ley que el SEÑOR, Dios de Israel, le había dado a Moisés”, calificado para instruir a otros tanto en la comprensión como en la obediencia de las Escrituras. Se preparó para proporcionar liderazgo espiritual a los exiliados que regresaban (vv. 8–9). El favor y la gracia de Dios estaban con él, y el rey de Babilonia concedió todas sus peticiones. Esdras trajo consigo no solo a un gran grupo de personas que regresaban, sino también a varios sacerdotes, levitas y otros líderes espirituales (v. 7). Su arduo viaje fue de 1,500 kilómetros y tomó cuatro meses.
|
|
|
|
POR BRAD BAURAIN |
|
El Dr. Brad Baurain ha trabajado como escritor y editor de Today in the Word desde 1993. Actualmente, se desempeña como profesor asociado y director del programa TESOL en Moody Bible Institute. Brad tiene el privilegio único de tener un título de cuatro universidades diferentes (incluida Moody). También ha enseñado en China, Vietnam, Estados Unidos y Canadá. Brad y su esposa, Julia, tienen cuatro hijos y residen en Munster, Indiana. |