Cuando aprender tiene sentido

“Eclesiastés es realista”, escribió el profesor de seminario Thomas Schreiner. “Nos enseña que la vida bajo el sol es a menudo vacía, inútil y absurda, y, sin embargo, no nos lleva a las rocas de la desesperación. . . . Cuando entendemos que este mundo no es un paraíso en la tierra, se nos recuerda que nada es más importante que una relación correcta con Dios”.

Aprender lo que es verdadero y valioso nos ayuda a saber qué priorizar y perseguir. Como vimos ayer, el escritor de Eclesiastés evaluó la vida “todo cuanto se hace bajo el cielo … es absurdo, ¡es correr tras el viento!” (1:13–14). Pero cuando la vida se vive “por encima del sol”, es decir, en el contexto del temor del Señor, la obediencia y la adoración, la vida humana, el conocimiento y los esfuerzos pueden llegar a ser significativos (12:13–14).

Solo en este contexto es significativo Eclesiastés y la búsqueda del conocimiento y la sabiduría en sí misma (vv. 9–10). Por ejemplo, el maestro (probablemente Salomón) había recopilado y ordenado proverbios, transmitiendo sabiduría a las generaciones futuras a través de su cuidadoso esfuerzo filosófico y literario. Pero esto también habría sido “correr tras el viento” sin Dios en la imagen.

Estos proverbios son como “aguijones” o “clavos bien puestos” (vv. 11–12). Un aguijón es un palo afilado diseñado para guiar ovejas en la dirección correcta. Para quienes se inclinan a extraviarse, el aprendizaje puede ser un proceso doloroso. Y como pueden afirmar generaciones de estudiantes: “porque escribir libros es algo que nunca termina y estudiar mucho te agota (v. 12 NTV). Entonces, ¿por qué hacerlo? Para permanecer en el camino correcto y como parte de la búsqueda de la piedad. Afortunadamente, toda la verdadera sabiduría proviene de un solo Pastor, y se puede confiar en Su amor y justicia. Dios es “el fin de este asunto" (vv. 13–14). Sin Él, el conocimiento humano no tiene sentido ni esperanza; con Él, es significativo y lleno de esperanza.

• Tómate el tiempo nuevamente hoy para examinar tus sentimientos sobre cada parte de tu vida. ¿Qué partes de ella se viven “por encima del sol” o para el propósito de Dios? ¿Cómo puedes hacer que más de tu vida cuente para la eternidad? (1 Corintios 3:12–15).