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16 de enero del 2022 | 2 Samuel 12:1–14
El primer trabajo que figura en el currículum de David fue el de pastor cuidando las ovejas de la familia (1 Samuel 17:34–35). Sabía que se necesita mucho tiempo, esfuerzo y cuidado para criar un rebaño. En el Salmo 23, David nos describe como ovejas y Dios como nuestro pastor fiel y amoroso.
Entonces, cuando el profeta Natán se acercó a David con una historia que involucraba ovejas, tuvo toda la atención del rey. Considera la situación: el rey había cometido adulterio y asesinato. Todos lo sabían. Pero el corazón de David estaba duro. No había ninguna señal de que tuviera la intención de arrepentirse. El era el rey. ¿No podía hacer lo que quisiera? ¿Quién podría responsabilizarlo? Cualquiera que le dijera la verdad estaba expuesto a que le cortaran la cabeza.
Este lamentable statu quo tuvo que cambiar. Dios actuó por el honor de Su nombre (2 Samuel 12:9, 14) y el propio bienestar espiritual de David. Envió a Su profeta con una historia sencilla pero poderosa. Cuando el corazón o la voluntad están cerrados debido al pecado, a veces la verdad puede llegar a una persona a través de la imaginación. David estaba tan involucrado en la historia que cuando Natán le dio la vuelta y le dijo: “¡Tú eres ese hombre!” Debe haber caído como un rayo (v. 7). Finalmente, su corazón se rompió (v. 13).
¿Qué aprendió David de esta confrontación? ¡El pecado es serio! Él confesó y Dios perdonó, pero aún habría graves consecuencias de sus acciones pecaminosas que lo afectarían tanto a él como individuo como a la nación en general (vv. 11–14). Sin embargo, también aprendió sobre el corazón amoroso de Dios. Dios no se rindió con David. Podría haberlo castigado y seguir adelante. En cambio, lo persiguió a través de la parábola de Natán y lo llevó al arrepentimiento. A pesar del pecado de David, el nombre de Dios finalmente fue glorificado en esta situación a través de Su amor y Su justicia.
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POR BRAD BAURAIN |
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El Dr. Brad Baurain ha trabajado como escritor y editor de Today in the Word desde 1993. Actualmente, se desempeña como profesor asociado y director del programa TESOL en Moody Bible Institute. Brad tiene el privilegio único de tener un título de cuatro universidades diferentes (incluida Moody). También ha enseñado en China, Vietnam, Estados Unidos y Canadá. Brad y su esposa, Julia, tienen cuatro hijos y residen en Munster, Indiana. |